Ese Jueves
Caminé la Ciudad y ví aviones sobrevolando Buenos Aires, aviones descargando bombas y proyectiles sobre la Casa de Gobierno, la plaza de mayo, el ministerio de hacienda, el edificio Libertador (sede del ejercito), la CGT de la calle azopardo, el Correo Central, el Departamento Central de la Policía Federal, la Plaza Colon, Plaza Lorea, Plaza Miserere, la residencia presidencial en Barrio Norte (Palacio Unzué), Avenida Alem y Avenida Madero, la estación Catedral de subterráneo. También atacaron las inmediaciones de la Fábrica de jabón Federal, en General Paz y Crovara, donde había una concentración de obreros. El escarmiento fue para todos y algunas víctimas se pudieron identificar, otras murieron dos veces al sepultarlos el olvido. Un trolebús numero 305, es destruido con trabajadores y un micro escolar con niños salteños se convierte en una trampa mortal. Otra bomba cayó sobre la Av. Pueyrredón frente al número 2267, provocando la muerte de tres personas y destruyendo la carnicería “La negra”. En Pueyrredón 2235 muere Francisco Bonomini inmigrante Italiano, muy cerca de él, un pibe de 15 años no identificado. La muchacha que trabajaba de personal doméstica en Guido 2635 luego de largas horas de agonía, fallece en el policlínico Fernández.
Ese día Jueves caminé la ciudad, la República Argentina no estaba en guerra con ningún otro país, sin embargo cayeron toneladas de bombas, miles de proyectiles de ametralladoras y cañones. Pude ver el escarmiento a una clase social por meter “las patas en la fuente”. Cuerpos vacíos, fríos, cuerpos partidos, cuerpos de traje y corbata, de vestidos, de guardapolvos, de overolles, cuerpos que no se pudieron defender, cuerpos que sueltan sus portafolios, sus carteras, un regalo, un paraguas, un cigarrillo, dejan todo para escapar a lo incomprensible, muertos sin banderas, sin uniformes ni armas.
Todo eso no detuvo el deseo de matar.
¿Que fue del Muñeco Adradas? Tuvo que seguir escapando, temiendo ser asesinado por los que hasta hace poco eran sus camaradas de armas. Terminó en un armario, con miedo, con mucho miedo y pensando en ella, en su amor, en Olga Elida Migorena…
…………………
La Victimas
En este tipo de acontecimientos de desproporcionada magnitud de fuerzas, entre las víctimas y los victimarios, donde los muertos son indefensos civiles, en que el único objetivo militar es el terror, la pregunta por el número de muertos es casi vana.
Existen una fórmula para dar respuesta al número de muertos, esta es la comparación.
Me voy a permitir dos comparaciones para cifrar el número de víctimas.
Durante la guerra civil española, el día 26 de Abril de 1937, aviones de la Alemania nazi, pertenecientes a la Legión Cóndor, conjuntamente con aviones españoles e italianos, bombardean una ciudad abierta: Guernica, en un día laborable. Un hecho por todos conocidos y expresado por el genio de Pablo Picasso, en un cuadro del mismo nombre. Aquí comparamos dos hechos casi similares, bombardeo a una ciudad abierta en día laborable donde muchas de las bombas caen sobre la población civil. Los muertos de Guernica según testimonios del arquitecto municipal en aquellos años, Castor Uriarte quien estaba a cargo del servicio contra incendio de la villa, no llegaron a sumar 250 muertos. Asimismo el escritor Jesús Salas Larzabal, en su libro “Guernica: El bombardeo, la historia frente al mito”, solo encuentra 76 víctimas identificadas nominalmente, otras 12 identificadas sólo en sexo y edad, 9 sólo en sexo y 29 sin identificar, total que nos da una suma de 126 víctimas, número también aceptado por el estudio realizado por los historiadores de la asociación Gernikazarra, Vicente del Palacio y José Ángel Etxaniz. Por otra parte en el museo de la Paz de Guernica se cifra un máximo de 250 muertos y cientos de heridos. En todos los casos las victimas de Guernica, no alcanzan al número de muertos del 16 de Junio de 1955.
16 de Junio. Daniel Santoro.
Mi segunda comparación la voy a realizar utilizando la guerra de Malvinas, ocurrida en el año 1982, donde las Fuerzas Armadas Argentinas se enfrentaron a las del Reino Unido. En esta guerra que se inició, el 2 de Abril y finalizó con la rendición Argentina el día 14 de Junio de 1982. Todo el poder de fuego de argentino de las tres fuerzas armadas durante 72 días de combate provocaron 264 bajas inglesas. En cambio el 16 de Junio de 1955 en tan solo 4 horas fueron 308 muertos, cifra que supera los muertos de la única guerra librada por la República Argentina en el siglo XX. Ambas comparaciones permiten demostrar el poder de fuego desatado sobre las víctimas y la desproporción de fuerzas.
……………………………..
La Memoria.
La memoria también fue una víctima. El hecho de que 3 meses más tarde, el 19 de Setiembre de 1955, tuviera éxito la autodenominada Revolución Libertadora derrocando el gobierno constitucional, hizo que se borrará todo relato posible sobre el bombardeo a la Plaza, castigando a tropas militares y civiles leales a Perón y desatando otra violencia sin precedentes, cuando en Junio de 1956, el General Valle y 27 personas más son fusiladas por intentar una contrarrevolución, con el objetivo de destituir el poder de facto. Pasando a la historia como revolución fusiladora.
El miedo de las víctimas del 16 de Junio de 1955, heridos y deudos que sufrieron en carne propia la potencia del terror de quienes ahora gobernaban, fue mayor que las bombas descargadas sobre la ciudad. Estas son las causas para que estas víctimas no se expresaran, no tengan palabras. Ellos en 1955, son doblemente derrotados, ellos ni siquiera compartieron su historia con otros y en algunos casos ni siquiera transmitieron su derrota a sus descendientes. El miedo a caer aún más en desgracia a manos de los golpistas ganó a la memoria.
El día del escarmiento no fue olvidado, sino que fue omitido, hubo que esperar el fin de todas dictaduras en 1983 y con una democracia plena para poder reconocer el hecho. En Argentina el Estado recién elaboró un documento histórico en el año 2010, cuando desde la Secretaria de Derechos Humanos presidida por el Dr. Eduardo Luis Duhalde, conjuntamente con el Archivo de la Memoria edita un libro que contiene una investigación histórica exhaustiva y de gran valor. Previo a esto el único esfuerzo de memoria fueron dos placas, una del gobierno nacional y otra de la Ciudad de Buenos Aires.
En la fachada del Ministerio de Economía:
“Las heridas del mármol fueron fruto del desencuentro
y la intolerancia. El registro de las huellas
en la memoria ayudará a que la Nación
se encuentre en un futuro de grandeza”
1955- 16 de Junio – 1994
Esta placa está rodeada de huellas del bombardeo sobre el mármol. Son las únicas que se conservan, ya que las demás fueron borradas en 1990.
Durante la Presidencia del Dr. Carlos S. Menem, se colocó una placa de bronce en la casa rosada.
“El pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en memoria
de los 300 civiles muertos en el bombardeo a la Plaza de Mayo
del 16 de Junio de 1955, y de todos los argentinos victimas
de la violencia política vivida en la segunda mitad del siglo”
“Para que nunca más la intolerancia enfrente
y divida a los argentinos”
Junio 1999
Más tarde durante la Presidencia de Néstor Kirchner se promulga la ley 26564 que indemniza a familiares de las víctimas del Bombardeo y 60 años después en Junio de 2015, se realiza la primera exposición a cargo del estado en el museo del Bicentenario.
La muerte de la memoria no es un hecho aislado respectos a bombardeos aéreos, hay una curiosa omisión cuando estos son desproporcionados, cuando sus consecuencias y resultados produjeron grandes víctimas civiles. Como ejemplos interesantes a analizar son Guernica y los bombardeos británicos a la Alemania Nazi. Me animo a conjeturar que esta característica de los bombardeos a gran escala tiene menos de objetivo militar y más de sembrar el terror. No cabe duda que este fue el objetivo de los agresores, matar a Perón fue un invento, lo que había que hacer era obligarlos a «sacar las patas de la fuente».
Deja una respuesta